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Música programàtica.. de la Col·lecció "Música a la llum"

Ecos musicales valencianos del pasado para banda

 

Ofrecemos aquí el texto original que J. Pasqual Hernández Farinós escribió para el primer CD de la Colección de Música a la llum (Els clàssics valencians de la música per a banda), y que fue reducido para su publicación.  La versión íntegra incluye un interesante análisis sobre las partituras de la música valenciana, que creemos que puede ser útil a los lectores.

 

Desde su implantación, a lo largo del siglo XIX, y hasta bien entrada la segunda mitad del siglo XX, las bandas de viento valencianas contaron con poco repertorio de obras originales, si se exceptúan piezas breves o de carácter ligero. Para la interpretación de música de cierta envergadura había que recurrir a transcripciones de obras orquestales, que más allá de las limitaciones tímbricas de estas formaciones, cumplieron un papel esencial en la difusión de este gran repertorio clásico en entornos sociales humildes durante los pasados siglos XIX y XX.

Pese a ello, se pueden encontrar algunas obras originales para banda de notable valor entre la producción de músicos valencianos de primer nivel, como es el caso de los autores presentados en este disco: Ruperto Chapí, Salvador Giner y José Manuel Izquierdo.

Ruperto Chapí (1851-1909)

compositor nacido en Villena, ha pasado a la historia como autor de inolvidables páginas de teatro lírico, desde zarzuelas como La Revoltosa a óperas como Margarita la tornera, entre otras muchas piezas de gran valor artístico e histórico. Sin embargo, cabe valorar su notoria producción en el campo de la música instrumental, desde el ámbito camerístico con sus Cuartetos de cuerda al sinfónico con piezas como su Sinfonía o la suite Gnomos en la Alhambra.

En la misma línea de romanticismo pintoresquista de esta última obra compuso Chapí en 1873 su Fantasía Morisca, también conocida como La Corte de Granada, con la particularidad de que esta obra fue concebida originalmente para banda, de naturaleza militar más concretamente. Esta pieza fue compuesta apenas un año después de que Chapí obtuviera la plaza de Músico mayor en el Regimiento de Artillería, y su biógrafo Luis G. Iberni sugiere que el tema se lo inspiró su profesor de composición Emilio Arrieta, quien años atrás compuso una ópera titulada La conquista de Granada, cuyo programa literario podría ser el mismo que el de esta pieza1. La obra fue adaptada para orquesta sinfónica por el propio compositor en 1879, a la vuelta de su estancia en Roma y París como pensionado de la Academia de Bellas Artes, y el estreno de esta versión lo llevó a cabo la Unión Artístico Musical bajo la dirección de Tomás Bretón en abril de aquel 18792. La obra gozó de un considerable éxito durante las siguientes temporadas de conciertos, lo que motivó que en 1882 se planteara la elaboración de una nueva versión para banda, habida cuenta de que en 1877 se modificó la constitución instrumental de las bandas militares a través de una Real Orden3, lo que dificultaba considerablemente su interpretación en las renovadas bandas militares de entonces. El editor Benito Zozaya, amigo personal del compositor, encargó una nueva versión al músico mayor Carlos Pintado, a partir de una reducción pianística de la obra orquestal en 1882.

En 1948 se editó una nueva adaptación para banda, a cargo de la Unión Musical Española, la cual permanece en gran cantidad de archivos de sociedades musicales de toda España y es la base de las actuales interpretaciones de la obra. Sin embargo, sobre la base de la versión de Pintado, en 2009 el musicólogo Ramón Sobrino realizó una última adaptación con arreglo a las formaciones actuales de las bandas de música y sus peculiaridades tímbricas, que es la ofrecida en esta grabación4.

La obra consta de cuatro movimientos, bajo el formato de suite característica o pintoresca de corte francés. Como explica Sobrino,

La obra está lejos del planteamiento del poema sinfónico, si bien utiliza como referencia el argumento tópico del avance de los cristianos hacia el Reino de Granada, con el empleo de un tema marcial, y la tristeza de los moros al verse expulsados de la corte nazarí. Aparece una vinculación entre ciertas ideas argumentales y su tratamiento musical a nivel temático: así, el allegro marcial simboliza el avance de las tropas cristianas en la conquista, lo que justifica su aparición al final del primer y del último tiempo5.

 El primero y más extenso recibe el título de A Granada y se subdivide en dos partes: Introducción y Marcha al torneo, lo que hizo que en algunas reseñas de la obra se la citara como constituida por cinco partes. El segundo se titula Meditación y el tercero Serenata, mientras que el cuarto y último movimiento recibe el escueto título de Final.

En el primer movimiento cabe diferenciar claramente sus dos secciones arriba citadas, aunque comparten la tónica de Mi bemol, menor en la Introducción y mayor en la Marcha al torneo. La primera sección cuenta con una introducción, seguida de una estructura ternaria A-B-A, culminando con una Coda que actúa como enlace para la siguiente sección; la parte A está en Mi bemol menor y cuenta con aire elegíaco que contrasta con el Mi bemol mayor de la parte B que traduce una mayor placidez, antes del retorno al tema A.

Esta estructura ternaria A-B-A se repite en la Marcha al torneo, aunque la parte A cuenta con una breve introducción en Do menor que anticipa el tema A de carácter marcial y en Mi bemol mayor, tras un dibujo melódico rítmico de transición en la madera aguda y los saxofones se pasa a la parte B en la misma tonalidad e idéntico carácter marcial, repitiéndose de nuevo tras una breve pasada del dibujo de transición, antes de volver al tema A con su correspondiente introducción.

Sin embargo, esta Marcha al torneo prolonga su estructura con una amplia Coda anticipada de nuevo por el dibujo de transición, y en la que se exponen brevemente los temas B, A y B para dar el toque final a este extenso movimiento.

La Meditación es una breve página en La bemol mayor, iniciada por una introducción a cargo de instrumentos solistas en la que se juega con La bemol menor, para desembocar en un tema A con un sutil ritmo de Habanera que culmina en una cadencia solista a cargo de la flauta, seguida de un breve pasaje de enlace en Re bemol mayor que nos conduce de nuevo al tema A pero con modificaciones, aunque mantiene estable el área armónica de La bemol mayor hasta su final.

La Serenata es otra pieza de notoria brevedad, en el tono de Do menor (relativo menor de Mi bemol mayor, tono principal de la obra), y cuenta con una breve introducción, seguida de un tema principal A y un segundo tema contrastante B en Do mayor, de apreciable trabajo contrapuntístico, repitiéndose de nuevo ambos temas de forma consecutiva, antes de volver al tono principal de Do menor en una breve coda. Este movimiento fue el más celebrado durante el estreno de la pieza, lo que obligó a su repetición por requerimiento del público6.

El último movimiento o Final recapitula de forma cíclica temas de movimientos anteriores, todo ello en Mi bemol mayor, tono principal de la obra. Se inicia con el tema de la introducción del segundo movimiento, a cargo de instrumentos solistas, aunque con un mayor desarrollo tonal, puesto que juega con diversas tonalidades a partir de Mi bemol mayor, como Sol bemol mayor y Mi bemol menor, antes de enlazar con el Mi bemol mayor de su segunda sección, coincidente con el tema B de la Marcha al torneo, cuyo desarrollo conclusivo da el punto final a la obra.

Aunque la temática de la obra coincide con la tendencia artística que el profesor Sobrino denomina «Alhambrismo Musical»7, los tópicos pintorescos de carácter árabe que caracterizan a este estilo aparecen sólo en los movimientos segundo y tercero, a través de los solos de flauta, algunos rubatos y el empleo de intervalos melódicos de segunda aumentada8. En cuanto a la recepción de la obra, Iberni reproduce en su biografía de Chapí una crítica acerca de la versión orquestal, firmada por E.M. en La Crónica de la Música el 1 de mayo de 1879 con estas palabras:

[la obra] proporcionó a su autor una entusiasta ovación por la cual le felicitamos, así como a su maestro el Sr. Arrieta. Aunque no todo lo que quisiéramos, tenemos que detenernos algo al dar cuenta del éxito de esta obra.

Distínguese especialmente, como es natural, por el carácter árabe sostenido en toda ella y por las ideas elegantes y distinguidas que contiene […] El primer tiempo es elegantísimo, noble y tranquilo.

El segundo, ‘marcha al torneo’, es el menos importante y más vulgar, pero tiene mucha vida; la glosa de la cuerda pertenece a un género distinto del resto de la obra. Aún en este tiempo revela el autor su peculiar distinción.

El tercer tiempo, ‘meditación’, constituye una página corta, llena de poesía y carácter, con giros muy nuevos y siempre distinguidos, que no se repitió por estar unida a la ‘serenata’, que es la verdadera pieza capital de la obra. Tiene la ‘serenata’ ritmos muy picantes, sobre los cuales juguetean dos melodías, una menor en la primera parte y otra mayor en la segunda, con imitaciones sobrias y ricas del mejor efecto. Este tiempo fue aplaudido con entusiasmo, y repetido.

El ‘final’ se compone de la idea de la marcha al torneo y de un crescendo de mucho brío y novedad. El conjunto de toda la obra es bellísimo y constituye un trabajo muy notable. La instrumentación es pintoresca, pero demasiado fuerte quizá en general, tratándose de un género tan especialísimo9.

Salvador Giner (1832-1911)

es considerado como el auténtico patriarca de la música valenciana, tanto por su abundante producción musical en todos los géneros, como por ser el creador del Poema Sinfónico sobre temas valencianos, donde destacan sus dos obras centrales: Una nit d’albaes y Es xopa…hasta la Moma.

En estas piezas destaca el uso literal de melodías extraídas del acervo popular valenciano, en este caso reproducidas de forma literal, pero dignificándolas dentro del ámbito de la música culta. Ambas piezas, compuestas para orquesta, pero con sus correspondientes arreglos para banda, están datadas durante la década de 1880.

Una breve composición de este mismo tipo, y bastante menos conocida, es Correguda de joies, cuyo original orquestal no cuenta con datación precisa, aunque en el catálogo de su producción musical Vicente Galbis e Hilari García la datan en 188310. La obra está dedicada a Bonaventura Guillén Engo (1867-1933), concejal del ayuntamiento de Valencia en los primeros años del siglo XX, lo que le permitió participar en múltiples actividades institucionales de reconocimiento al compositor, del que llegó a ser buen amigo, en aquellos años11. Hilari García atribuye al dedicatario Guillén el texto programático12, mientras que otras fuentes13 se lo atribuyen al poeta y periodista Pedro Bonet Alcantarilla (1864-¿?), redactor de El Mercantil Valenciano y autor de poesías y obras teatrales muy vinculado a la asociación Lo Rat Penat14.

La obra describe una tradicional competición hípica que se celebraba antaño en tierras valencianas, cuyo nombre es el título de la obra; en los días previos al estreno de su versión para banda apareció en la prensa valenciana el argumento de la pieza, con las siguientes palabras en valenciano prenormativo:

El ministre fa sonar al clarí els tres tochs de reglament; arranquen à correr els rocins dels javals qu’es disputen  la joya; lo publich ajuja al que va davant. Terminada la correguda, els tabals y les donsaines mohuen gran soroll festejant el vencedor.

Este, que ha vist à la seua promesa al bancales de una porta, se dirigix molt ufá cap á ella, fent corcovechar al rocí. Al aplegar junt à s’aimada, s’apea, y ab veu melosa li oferix  la conquistada prenda.

La jove l’acepta ruborosa per haber molta gent mirant, y emocionada agraix al garrit doncell la finesa.

Els amichs qu’es cansen de ferli la guardia, li peguen cuatre crits y al vore que no’ls fa cas li entonen una cansó un poquet provocahora; pero ell, engolfat en coloqui amorós ab la nena de sos pensaments, no se’n dona conte de lo que pasa.

La fadrinalla, entonces, aburrida, monta y escapa al trot abandonant lo carrer15.

La pieza consta de un único movimiento en el que se desarrolla el programa argumental citado, sobre el siguiente esquema: Introducción-A-B-C-A. Su tono principal es Do mayor y durante los treinta primeros compases, que constituyen la Introducción, desarrolla descriptivamente la competición hípica con sendas modulaciones a Fa menor y Do menor para generar la tensión de la carrera y desembocar en Do mayor como conclusión feliz de la misma. En ese momento se inicia un tema A con ritmo popular valenciano, aunque con una breve modulación a Mi mayor (tonalidad mediante, muy típica en las modulaciones decimonónicas) antes de volver al tono principal, aunque sus últimos compases anticipan la tonalidad de La bemol mayor (de nuevo una tonalidad mediante) que marcará la sección B.

Esta nueva sección, de carácter lírico, describe el coloquio amoroso del mozo vencedor con su novia, a través de un dúo solista entre el saxofón alto y el fiscorno, con varios giros armónicos propios del lenguaje lírico que tanto caracterizó a Giner, antes de concluir la sección con un tutti de la banda que se diluye en una modulación a Mi bemol mayor que introduce la sección C de carácter animado y popular. Una súbita modulación a Do mayor antecede la vuelta al tema A, aunque las trompetas graves y trombones simultanean el tema C, creando una imaginativa superposición de temas, con una modulación a Mi menor incluida que antecede a una breve cita del tema B en el tono principal de Do mayor por el saxofón alto, previa a la coda final sobre el tema A que cuenta con dos versiones alternativas, una breve y otra más prolongada.

La versión para banda de la citada obra, presente en esta grabación, fue estrenada por la Banda Municipal de Valencia en un concierto organizado por la Asociación de la Prensa, el 8 de enero de 1905, en el Teatro Principal de la ciudad. En las reseñas de la prensa valenciana se puede apreciar la notable aceptación que despertó la obra entre el público:

Luego vino la novedad: el estreno de la «Carrera de joyes», del maestro Giner, cuyo argumento hemos publicado. Es un número escrito en el estilo descriptivo y peculiar del maestro valenciano, y aunque de cortas proporciones, deja ver en él la habilidad técnica que en la armonía y el contrapunto tiene el autor de la «Nit d’albaes». Instrumentada con acierto para banda, el pequeño poema estrenado anoche, resulta más bien un dúo de amor, en donde merece citarse una frase melódica interesante (muy bien ejecutada por cierto por el solista), que tiene carácter lírico.

La obra fue acogida, como era de esperar, con mucho aplauso, y se pidió la presencia del autor, quien no se hallaba en el Teatro. Fue repetida, y aún se hubiera repetido otra vez, a no haber atacado la Banda el conocido pasodoble «L’entrà de la murta»16.

También cabe recoger las palabras del director de orquesta y editor de la partitura Hilari García acerca de esta composición:

En ‘Correguda de joies’ Salvador Giner fa gala del domini de l’orquestració i de la destresa en l’ús dels mitjans tímbrics de cada instrument. Aquestes habilitats també es reflecteixen, per exemple, en l’elecció dels solistes de la secció central de la peça. Els protagonistes corresponents en la versió per a banda són el saxofón alt i el fiscorn. En resum, es pot dir que Giner mostra en aquesta obra el seu mestratge en l’ús dels procediments compositius, que dóna com a resultat una obra ben construïda i cohesionada, amb una curada elaboració motívica i temàtica i amb una notable utilització del contrapunt i l’harmonia. Comptat i debatut, la bellesa dels temes principals, d’arrel popular, és també resultat del tractament harmònic i contrapuntístic d’aquestes melodies17.

Esta grabación se completa con una pieza del compositor y director de orquesta José Manuel Izquierdo (1890-1951):

Día de Pascua en Catarroja, subtitulada «Pequeño poema descriptivo».

Nacido en Catarroja, se formó como violinista en el Conservatorio de Valencia, antes de trasladarse en 1910 a Madrid para ampliar su formación y donde se inició en la dirección orquestal, faceta por la que fue más reconocido. A su vuelta a Valencia en 1924 se hizo cargo de la Orquesta Sinfónica de Valencia, puesto que ocupó el resto de su vida, así como el de profesor en el Conservatorio de Valencia18.

No se cuenta con una datación precisa de esta obra, de tal forma que por el momento se toma como base la fecha de publicación de su edición en la revista Harmonía en 1946, aunque contándose con la probabilidad de que fuera considerablemente anterior a esta fecha. José Climent describe brevemente la composición en estas líneas, publicadas en la carátula de un disco en el que se recoge esta obra:

La placidez primaveral, que, en forma de gran obra orquestal, traduce la introducción; la marcha a la excursión, los juegos y canciones infantiles propios de día de Pascua, el paso del tren que interrumpe los juegos y que, precisamente, tenía sus vías junto a la gran replaza donde acostumbraban a ir los chicos, etc…19

La obra es programática y descriptiva de un día festivo en la localidad natal del compositor, y sobre este programa se puede articular un breve análisis y comentario de la misma. La pieza se inicia con una evocación del amanecer sobre un pedal de dominante de Do mayor y un dibujo cromático descendente en los metales que sirve de pórtico para la presentación del tema A que impregna toda la primera parte de la obra, como un motivo que simboliza el día y que partiendo de Do mayor va modulando por tonos mediantes y progresiones cromáticas hasta establecer nuevamente este tono.

Seguidamente surge una breve melodía en tiempo de pasodoble que evoca una diana sobre este tema que se mantiene en el interior de la textura instrumental, seguida de una breve marcha de procesión a cuyo término el acorde de Do sirve de base para establecer una cadencia sobre Fa mayor, tono principal del resto de la obra. Esta melodía se va disipando a través de un dibujo contrapuntístico que va desde los instrumentos agudos hasta los más graves de la banda.

A continuación se inicia una nueva sección en tiempo más animado, en la que se evocan una serie de melodías populares asociadas a los juegos infantiles del citado día de Pascua, recogidas a través de la experiencia personal del compositor. Con ellas se ofrece un mosaico de experiencias vitales a través de la música que permiten una visión musical del citado día festivo.

El primer tema B está en Fa mayor, tono al que se había llegado en este punto de la obra, pero se lo expone en una progresión tonal por terceras antes de establecer de nuevo este tono que al mismo tiempo sirve de base cadencial para exponer un nuevo tema B’ en Si bemol mayor en tempo «un poco menos movido», del que brotan nuevos temas en tempo de Vals en el mismo tono y en forma de Marcha militar que va de Mi bemol mayor a Si bemol mayor, antes de que el ambiente festivo se disipe ante la llegada del tren. Un dibujo cromático en las flautas nos llevan a Fa menor que sirve de base para la exposición de un tema fuertemente rítmico que describe el paso de la locomotora, tratado a través de una progresión armónica por terceras, hasta que el tema B’ se incorpora al dibujo rítmico del tren en Fa mayor, dejando finalmente el dibujo de la máquina en Fa menor hasta que progresivamente se va extinguiendo, de modo que se describe su gradual alejamiento del lugar.

Seguidamente reaparece el tema B, pero partiendo de Mi mayor y con una progresión armónica que acaba desembocando en el tono principal de Fa mayor con este tema, interrumpido súbitamente por nuevas melodías como una en tiempo de Habanera en Re bemol mayor, otra en «Allegro movido» en La mayor que genera una progresión armónica por semitonos hasta llegar a Do mayor que actúa como cadencia hacia Fa mayor que se convierte en el tono final de la obra. La Coda final expone muy brevemente el tema B, seguido de un «grandioso» con el tema A, y una rápida cita del B que actúa como conclusión de la pieza.

Con estas tres piezas se ofrece una valiosa panorámica de la creación musical para banda a cargo de compositores valencianos entre el XIX tardío y las primeras décadas del siglo XX, y sirve como punto de partida para la progresiva recuperación de un repertorio cuya puesta en valor permitirá un mejor conocimiento de nuestro pasado musical.

J. Pasqual Hernández Farinós

 

[1] IBERNI, Luis G.: Ruperto Chapí. Madrid: ICCMU, 1995, p. 54.

[2] SOBRINO, Ramón «Chapí. Fantasía Morisca», en Alhambrismo sinfónico (Notas al CD). Sevilla: Junta de Andalucía-ICCMU, 1993, p. 26.

[3] CHAPÍ, Ruperto: Fantasía Morisca. (edición crítica a cargo de Ramón Sobrino, autor del texto de la «Introducción»). Valencia: IVM, 2010, p.22. En el mismo se cita: Reglamento para la organización de músicas y charangas de 1875: Cuerpos de Infantería y Regimientos a pie de las demás Armas e Institutos aprobado por Real Orden de 7 de agosto de 1877. Madrid: Oficina Tipográfica de la Dirección General de Infantería, 1886.

[4] CHAPÍ, Ruperto: Op. cit.

[5] SOBRINO, Ramón: Op. cit, p. 28.

[6] IBERNI, Luis G.: Op. cit, p. 56.

[7] SOBRINO, Ramón: Op. cit.

[8] Ibídem, p. 27.

[9] E.M.: «Los conciertos de la Unión Artística, II», Crónica de la Música, Madrid, 1-V-1879. Citado en: IBERNI, Luis G.: Op. cit, pp. 55-56; SOBRINO, Ramón: Op. cit, p. 20.

[10] GALBIS LÓPEZ, V. y GARCÍA GÁZQUEZ, H.: Catàleg de la producció musical de SalvadorGiner. València: Universitat de València-Patronat d’Activitats Musicals, 2010, p. 53.

[11] SANCHO GARCÍA, M.: El compositor Salvador Giner. Vida y obra musical. Valencia: Ayuntamiento de Valencia, 2002, pp. 164-165.

[12] GINER, Salvador: Correguda de joies. (Edició per a banda a cura d’Hilari Garcia). València: IVM-Piles, 2011. El editor Hilari García adjunta el texto programático en valenciano normalizado, acompañando los fragmentos de la partitura que se corresponden al programa extramusical.

[13] Sin Autor: «Teatros: Principal». El Mercantil Valenciano. Valencia, 9-I-1905, p. 2.

[14] Sin Autor: «Bonet Alcantarilla, Pere». Gran Enciclopedia de la Comunidad Valenciana. Valencia: Editorial Prensa Valenciana, 2005. Vol. 3, p. 168.

[15] Sin Autor: «Asociación de la Prensa». El Pueblo. Valencia. 7-I-1905, p. 2.

[16] Sin autor: «Teatros. Principal: La función de la prensa». Las Provincias. Valencia, 9-I-1905, pp. 2-3.

[17] Sin autor: «Notes al Programa del concert ‘Música a la llum». Gandia: Teatre Serrano, Jove Banda de la FSMCV, 11-XII-2016, p. 4.

[18] GALBIS LÓPEZ, V.: «Izquierdo Romeo, José Manuel». Diccionario de la Música Valenciana” Valencia: Iberautor-IVM, 2006. Vol. 1, pp. 505-506.  GUILLEM ALAPONT, R.: «El compositor Josep Manuel Izquierdo i Romeo: catàleg d’obres». Torrens. Estudis i investigacions de Torrent i comarca. 5 (1986-1987). Torrent: Publicació de l’Arxiu, Biblioteca i Museo de l’ajuntament de Torrent, pp. 233-252.

[19] CLIMENT, J.: Música valenciana para banda (Notas al disco-LP). Banda L’Artesana de Catarroja-Salvador Chulià, Tabalet Estudis. M-28170-1980. Citado en GUILLEM ALAPONT, R. Op. cit, p. 242.

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